La calma se emana.
invierno 2020
La calma es cuando no hay viento, que te sopla en la cara.
Cuando el mar no tiene olas
Cuando un lugar está sin novedades
O cuando una acción ha dejado de actuar…
Hay veces que por las experiencias que vivimos, nos hacen perder la calma…
Y entiendo que hay dos maneras de perder la calma…
Una que es “la sana”, la que yo decido cuando perder la calma, la que me permite el vértigo, el frenesí, el baile y las fiestas…la risa y las carcajadas, el llanto y la emoción…Que nos sacude…
Esa falta de calma que me dice a los gritos… “Estás Vivoo!!”
Pero cuando sentimos que nuestro cuerpo y alma se deben recuperar, reparar y equilibrar para seguir adelante, la falta de calma en nuestra vida, nos debilita y nos enferma.
Somos vulnerables de ser influenciados por las personas que pierden la calma. Son las personas que activan nuestras energías de Marte y nos dejamos llevar por los desequilibrios que generan, creando así, un ambiente tenso y poco gratificante… y que luego transmito a cada persona que se me cruza en el camino.
Son ese tipo de personas que te “buscan y que te encuentran”
Pero también …
Cuando percibimos inseguridad y peligros, también perdemos la calma…
Para conseguir calma, debemos alejarnos de los miedos…
Es cuando nuestro estado personal y sicológico transmite tranquilidad y control emocional.
Porque la calma se transmite y se contagia, logrando así relaciones armoniosas con las personas.
Tenemos que sentir la calma en nosotros para poder irradiarla al entorno.
No puedo decirle a un niño que se calme, si pierdo la calma solicitándoselo.
La calma no se habla, solo se siente y se irradia..
Es ese estado ideal donde puedes tomar las mejores decisiones..
La mejor condición para dialogar..
La mejor condición para estudiar y aprender..
Es la tranquilidad del ánimo.
Invita a descansar y ver
Es paz, seguridad, indolencia, sosiego, tranquilidad que siento y ofrezco.
Nos permite indicar sin presionar y modificar sin agredir.
Es dulzura y quietud
Debemos generar nuestro propio espacio exterior e interior donde en calma podamos recuperar nuestras energías.
Proyectar nuestros sentimientos y emociones.
Un espacio para reflexionar, para planificar nuestro camino y reconocerme quien soy.
Siempre intentamos controlarlo todo, pero cuando me relajo, me dejo llevar e ingresa la calma a mi vida, comienza a activarse la conexión con nuestro Ser Superior y el Universo te devuelve como sincronicidades un estado benevolente de gracia y seguridad.
Es la puerta de entrada a vivir en una calma activa.
Respira profundo y déjate ser
Jorge Proazzi