Llevaba ya, más de diez viajes a Madrid.
En tus primeros viajes, quieres conocer el mundo entero, y te concentras en aquellos lugares emblemáticos que no pueden faltar de acuerdo a la valoración de tu sociedad, muchas veces esos lugares, ignoras lo que representan, y no te nutren, pero aun así tratas de recorrer cada rincón de la ciudad… para conocer.
Quieres esa foto, que hoy es una “Selfy”, que antes quedaba dormida en un cajón y hoy duerme en “la nube”, cerca de los ángeles para no bajar
Mi amigo Oscar fue un maestro y hermano para mí, nos conocimos en Mar del Plata, cuando yo tenía 15 años y el 30
De visión diferente sobre los aspectos de la vida…
Dibujante, ilustrador y guionista.
Caricaturista de las revistas más conocidas…y que muchas veces me encontré plasmado en un papel, porque daba justo con el personaje…
Hoy en la tira de historietas de los diarios de Madrid
Artista…
Filósofo…
En mis años de estudiante de arquitectura, con la rebeldía y la inquietud necesaria… y contar con un amigo como es Oscar, compartiendo la vida en el campo, con charlas interminables, alrededor del fuego, bajo la luz de las lámparas de kerosene… te asegura que tu vida va a tomar un camino intenso..
Mi mamá estaba preocupada con ese amigo loco que tenés… me decía.
Argentina tiene la propiedad de separar las personas por medio de las crisis nacionales.
Se fue a Madrid.
Lo perdí.
Esperaba siempre que llegaran sus cartas…
Hasta que no llegaron más
Nos rencontramos luego de muchos años
En un fuerte abrazo, reconociendo la esencia que cada uno había dejado sembrada en el corazón del otro.
Organizaba mis viajes, con la necesidad de hacer siempre una escala en Madrid.
Recorríamos la ciudad y en cada rincón, en cada lugar, descubríamos la aventura de nos esperaba.
El Prado…
El Reina Sofía..
Museo Sorolla.
Casi siempre la seguridad de los Museos nos invitaba a retirarnos…
Queríamos ver las pinceladas de Diego Velázquez, antes de su etapa de locura, de muy cerca, el ojo pegado a la tela, ver el trazo, tocarlas… y por supuesto que sonaban las alarmas… y nos teníamos que ir…
Me enseñó cada detalle del arte que él podía ver y yo no.
De regreso a su casa, comíamos anchoas asadas…
Al otro día yo seguía mi camino…
En uno de los viajes, camino hacia Alemania e Inglaterra con un amigo, inventé nuevamente la escala a Madrid.
El plan de las anchoas asadas…creía que me impulsaba
Saqué esta foto porque fue todo lo que vi de Madrid.
El campo.
Un campo similar al que unió nuestras vidas.
Las mismas vacas nos miraban curiosas…
Toda la esencia de Madrid se guardaba en el corazón de mi amigo, junto con nuestras historias… y ya no hacía falta recorrer la ciudad
Estaban pasando por situaciones que la vida te plantea.
La salud, la familia, la mente y los miedos.
Sentí fuertemente por que estaba allí…
Otra vez en Madrid
Esta vez mucho más armado.
Con más herramientas…y con la certeza que co-creas la realidad a cada instante.
Y el Ser toma de esas realidades creadas, para crecer, para evolucionar y para sanar.
Aún recuerdo los pelos de cada uno de nosotros erizados de esa noche…impresionante lo que se vivía y sentía.
Y un nuevo camino se estaba construyendo…
Ese viaje solo fue un pretexto…
Y esa foto…
Es mi mejor foto de Madrid.
Jorge Proazzi
Mar del Plata. 5 de marzo 2020
(en sincronía con el cumpleaños de mi madre en su último viaje a la Tierra)